jueves, 18 de septiembre de 2014

No stress



Llevo tiempo queriendo escribir, pero no me sale. No sé si es por no dejar escapar estos sentimientos y así no darme cuenta de que ya ha pasado, no sé si por miedo a volver a la realidad...
Lo cierto es que me está costando, y mucho, volver a la rutina. Algo normal por otra parte cuando has abandonado tu vida para aparecer, en medio de la nada, con gente que no conocías de nada y a hacer algo que nunca antes habías hecho.
¿Qué puedo decir? Pues que ha sido la mejor experiencia de mi vida, que he conocido (y conVIVIDO, que a veces es más complicado) con gente maravillosa y de muchos sitios diferentes, que a causa de esto mismo he conocido y convivido con diversas culturas, que he visto animales que han sobrevivido a los dinosaurios pero que no lo harán al ser humano, he cumplido un sueño de mi niñez, he vivido fuera de el mundo loco de las tecnologías y un largo ecétera de incontables momentos y situaciones y gentes y lugares de los que podría hablar hasta cansarme.

Era África, y aunque no he llegado a vivirlo de cerca, la pobreza estaba allí. Sin embargo, ellos son felices. Viven en su mundo sin estrés en el que el sol sale y se pone sin que exista ningún cambio en sus vidas. Tratan a las personas con una gentileza que no ves en las calles de las ciudades más cosmopólitas. Miran a los ojos. Y sobre todo sonríen, siempre sonrien.

Si hay algo que puedo decir es que durante ese mes he sido feliz todos y cada uno de los días y en todos y cada uno de los momentos, pues no necesitaba nada. Solo era yo, yo y CABO VERDE.

A mis Ervatones.