"Cuando el pensamiento rapta a la vida y la arrastra hacia los rincones
oscuros de la memoria, la voluntad se desorienta, perdiendo el brillo
flexible de la luz, y el entendimiento se distorsiona empujado por el
ruido de la rueda de la obsesión, perdiendo el sentido de volumen de la
doble mirada; entonces se congelan los paisajes y se tiñen con polvo de
cemento los fragmentos de piedras preciosas que pueblan el iris, se
ahogan los colores y todo vibra con la longitud del gris. En ese momento
en que los hologramas giran sobre sí mismos, se pierde el contraste de
lo antagónico y se seca la hierba que hace amables las pisadas de la
fe".
Es importante nunca dar nada por perdido, y menos a uno mismo. Pues el la única forma de ser capaz de tomar decisiones que afectarán al resto de nuestras vidas...
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